Concentración…¿Qué utilidad tiene eso en la vida real…?
A veces salía del Dojang y me hacia las mismas pregunta. No llegaba a comprender que cosas como la concentración o automatizar nuestros movimientos nos pudiesen servir de algo en la vida real. Pero el otro día lo comprendí.
“Era de noche. La calle estaba levemente iluminada por la luz de una farola. Todos dormían, todos menos yo, yo y otra persona. Algunas veces el destino o aquella “fuerza misteriosa” que decide lo que tiene que pasar se ceba con las personas. Al parecer, esa noche aquella persona que me acechaba no había topado con la fortuna y necesitaba cobrárselo. Y yo era su presa.
Caminando por aquella calle oscura empecé a andar algo mas rápido, disimuladamente, intentando dejar atrás a mi perseguidor. No quería broncas. En un momento de descuido apagué la música para poder oír mejor los pasos que hacia. Era preciso estar atento a cualquier detalle. Poco a poco mi cuerpo empezaba a ponerse en marcha. La sangre fluía cada vez más rápida y más caliente. Era preciso no ponerse nervioso.
Me subí los pantalones. Acostumbro a llevarlos bajos, cosa que me impedía repartir patadas cómodamente. No me había dado cuenta, pero tenia a mi “amigo” casi encima mió, algo a mi derecha.
- (Por favor, vete, no quiero pelearme) – Pensaba mientras intentaba calmarme algo. Quieras o no, por muy valiente que seas, estas situaciones incomodan a cualquiera y hacen que te pongas nervioso.
- ¿Dónde vas chaval? – una voz algo grave rompía el silencio de la noche en busca de follón.
Fue entonces que en pocos segundos lo vi todo. Recordé todo lo que había aprendido o leído. Mis manos tomaron posición automáticamente. La izquierda se cerró y se tensó, dispuesta a dar un puñetazo en el hígado o en el tabique si era preciso. La otra, en cambio, siguió abierta, en posición “Sonnal” ya fuese para dar un golpe directo al cuello o clavar un golpe rápido en la boca del estomago. Conocía cuales eran los puntos mas susceptibles, pero no podía permitirme fallar. Un fallo significaría el suicidio…
¿Tienes 20€? – dijo intentándose poner delante mió para frenar mi avance
-No. Solo llevo la ropa del trabajo… - seguí con mi paso.
Podía notarlo casi todo. Cada movimiento de mi cuerpo, cada movimiento de su cuerpo. Mis sentidos estaban al máximo0 de sus posibilidades, mi percepción era casi perfecta.
- Dame todo lo que tengas, me estoy poniendo nervioso… - el hombre empezaba a moverse de un lado a otro - ¿Qué quieres, que nos peguemos?
Los dos segundos siguientes a esas palabras fueron los mas largos de mi vida. Dicho eso, el hombre se llevó la mano al bolsillo intentando buscar, seguramente, una navaja o algo parecido. Pero no le dio tiempo. En décimas de segundo mis rodillas se flexionaron, mis músculos se tensaron. Mi cuerpo empezó a girar. Mi pierna derecha, inicialmente algo rezagada, se despegó del suelo, extendida en su totalidad, definiendo una parábola hasta que dio con el blanco. En ese instante mi rodilla se dobló acabando el gancho que hacia que todo terminase. Todo.
Fueron dos segundos, pero me parecieron una eternidad. Un Momdollyo Nako prácticamente perfecto. Me sentí orgulloso por la patada pero tenia que volver a la realidad. Mi cuerpo se congeló. Fui yo. Yo lo había hecho. Me pudo la presión. Era demasiado tarde para lamentarse. Fuera lo que fuera, aquel cuerpo yacía en el suelo, tumbado, inmóvil, tiñendo de rojo las baldosas de la calle. Un golpe franco, directo a la cabeza. No sabia que hacer. Empecé a temblar. Mis piernas temblaban. Entonces fue cuando me di cuenta. Mi bamba, mi pierna …rojas. Rojas de sangre, la sangre de aquel hombre. El miedo me pudo.
PERDONAMEEE!! – Grité
Pero no hubo respuesta. Me arrodillé. No lo había matado, pero le había hecho mucho daño. Lo cogí. Lo apoye en una pared. Miré en la mochila a ver que llevaba. El tiempo parecía que acelerase a mi contra. El corazón iba a salirse de mi pecho. Le limpié la sangre de la cara. ¿Qué mas podía hacer? Solo tenía un par de cervezas… Abrí una y se la eché un poco por encima. Si cuando recobrase el sentido aun se acordaba de mi, nadie le creería...
Entonces corrí. Corrí como nunca lo había hecho. Al final llegué a casa y me encerré en la habitación. Aquella noche fue la mas larga de todas…”
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Bueeh…que paranoia…Primero...el titulo...prfff no le hecheis mucha cuenta... X_X. Y despues...espero que os haya molado algo…no esta muy bien, esta escrita tal cual, si me pongo a releerla y tal luego no me gusta nada y la lío, así que publico rápido y lo hecho, hecho está.
En fin…creo que esto es lo último que debe ocurrir. Cualquiera que este en el mundo de las artes marciales debe de ser suficientemente consciente del daño que es capaz de hacer. Si realmente me hubiese pasado eso…no me merecería llevar el cinturón marrón… u_ú
EN fin…salud y comentariosh… (Que no muerdoh ¬¬)