jueves, 1 de marzo de 2012

beforeDRUGS#4

Y es en esos momentos del día, entre la vigilia y el sueño, cuando no estás realmente dormido pero tampoco realmente despierto; esos minutos que con suerte pueden alargarse a un par de horas, cuando mejor fluyen las historias. Aprovecho, pues, que no soy realmente consciente de aquello que existe fuera de mi ser para concentrarme en mí, en mí ego, sus sentimientos y sus preocupaciones; no me debo a nada más.
Rebusco en las profundidades en busca de "una verdad". Rebusco intentando encontrar sentimientos, los que sea. Pocos ápices de felicidad encuentro pero también es cierto que no oigo los redobles de la tristeza. Parece ser que todo está inundado de una sorda y gris indiferencia. Y toda esta indiferencia brota de un profundo agujero, un vacío abisal del cual no diviso el fondo.
Muchas son las dudas que arremeten sobre mí, día a día. Como el mar que rompe en las rocas, la incertidumbre erosiona en mi, lenta e impasible, monótona como el paso del tiempo.
A lo lejos diviso un verde esperanza que está tan cerca pero a la vez tan lejos... Siento erizar mi piel con el frío de nuevas promesas, pero también quedan lejos. El único calor que palpo es el que genera mi propio corazón que, reticente a morir, sigue con su incesante latido. Y suerte.
Quisiera escribirme nuevas historias de amor en las que todo fuera siempre hermoso. Quisiera escribir sobre mí, sobre ti; sobre un nosotros, en fin. Pero aun quedan heridas, algunas cicatrizadas y otras siguen abiertas. Aún sangro tinta negra con la que doy forma a estas historias.

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