Humo verde que distrae tu atención en los pequeños detalles
que pasan normalmente inadvertidos. Pierdes tu tiempo en pequeñeces. Se te
escapa tu vida inútilmente pero sientes una sensación de felicidad vacía que
masticas sin darte cuenta y te deja un regusto químico. Tus sentidos se
deterioran y tanto tu cuerpo como tu mente te juegan malas pasadas
constantemente. Disipas toda tu capacidad de atención por cada uno de los poros
de tu piel. No puedes concentrarte. Caos.
Finalmente terminas hasta dándote lastima. Pero bueno, eso
ya lo sabías de antemano y te has pasado un buen rato sin resbalarte hacia el
abismo de tus verdaderas preocupaciones.
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