lunes, 28 de enero de 2013

Perder la vida viviendo

Me deshago. Mi piel blanca se derrite, se oscurece y torna en tinta negra. Poco a poco mi vida se escurre y yo, por fin, muero. No espero que nadie llore, y si es así no lo hagáis. Del tintero en el que me sé preso renaceré convertido en poesía, o prosa; y cuando alguien se emocione leyéndome (si acaso ocurre) será mi piel la que roce su piel, mi voz la que susurre su oído y mi alma la que abrace a la suya. Las obligaciones vacías que requiere el mundo para poder sobrevivir hoy en día (el dinero, el estatus social y demás tonterías) degüellan mi alma.
Hágase tu voluntad y trae la paz a mi espíritu.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uhh que yuyu, a la vez que bonito!

Unknown dijo...

uuuh! gracias por pasarte y comentar.