"Mi señora, me temo que se equivoca. Sin duda alguna, una mujer es el mejor estímulo para los sentidos. Una hermosa dama es el postre más dulce, la música más armoniosa, el paisaje más bello, la seda más fina y el perfume más embriagador."
jueves, 23 de febrero de 2012
Deleite para los sentidos
Y estas palabras con dueña dicen así:
martes, 21 de febrero de 2012
(No)Drugs#3
Soy un verso libre que busca ser melodía,
¿dónde estará el pétalo que me acompañe en la rima?
¿dónde está la música que alegra mi día?
Fui vaciado por dentro y quedé huérfano de amor y alegría,
por eso vuelo libre escribiendo tú poesía.
Soy humo que flota sobre la noche que tiñe la bahía,
la espuma de las olas; soy flores, aroma a magnolia.
¿dónde estará el pétalo que me acompañe en la rima?
¿dónde está la música que alegra mi día?
Fui vaciado por dentro y quedé huérfano de amor y alegría,
por eso vuelo libre escribiendo tú poesía.
Soy humo que flota sobre la noche que tiñe la bahía,
la espuma de las olas; soy flores, aroma a magnolia.
Etiquetas:
DRUGS
No hay comentarios:
viernes, 10 de febrero de 2012
DRUGS#2
Mastico el tiempo y me abstraigo con el estruendoso crujir
que hace éste al doblarse contra su voluntad. Siento que mi ego abandona mi
cuerpo y se eleva poco a poco. Me veo desde el techo de mi habitación. Subo,
subo y sigo subiendo. Me libero poco a poco. Sobre la inmensidad del Mediterráneo
soy capaz de apreciar la curva del globo terráqueo. Respiro hondo y cuando abro
los ojos sigo sentado, fumando y existiendo dentro de mi cuerpo. Me fijo en el
reloj; tan solo han pasado unos minutos que me parecieron horas. Sigo
masticando el tiempo. Las horas se vuelven días y los días semanas. No hay
colores, no hay sabor ni olor. No hay música en la vida. Llueven sensaciones
que caen en mi piel y resbalan hasta el suelo. Echo el humo y sigo fumando. Tan
solo ha pasado un instante.
Etiquetas:
DRUGS
No hay comentarios:
DRUGS#1
Humo verde que distrae tu atención en los pequeños detalles
que pasan normalmente inadvertidos. Pierdes tu tiempo en pequeñeces. Se te
escapa tu vida inútilmente pero sientes una sensación de felicidad vacía que
masticas sin darte cuenta y te deja un regusto químico. Tus sentidos se
deterioran y tanto tu cuerpo como tu mente te juegan malas pasadas
constantemente. Disipas toda tu capacidad de atención por cada uno de los poros
de tu piel. No puedes concentrarte. Caos.
Finalmente terminas hasta dándote lastima. Pero bueno, eso
ya lo sabías de antemano y te has pasado un buen rato sin resbalarte hacia el
abismo de tus verdaderas preocupaciones.
Etiquetas:
DRUGS
No hay comentarios:
domingo, 26 de junio de 2011
el "re-retorno"
El calor agobiante me hace sudar tinta. Esperemos que pueda darle buen uso.
No prometo nada pero intentaré volver a reactivar esto, si bien no, con largos periodos de inactividad, pero todo esto empezó hace casi cinco años…Un saludo
sábado, 19 de marzo de 2011
Un posible título podría ser Sentimientos
19/03/2011 ~ Un año, siete meses y un día después.
La hora exacta no la recuerdo...
Como siempre digo, desde hace tiempo cada vez
que me digno a coger papel y bolígrafo, esta vez
vamos a ver que me sale.
Lo que estoy seguro es que esta vez sí que será
distinta de las anteriores. Hoy, ahora, el tintero vuelve
a llenarse y yo mojo mis labios en él, recordando
poco a poco el dulce gusto del veneno.
Yazco en el suelo inherte, sentado a los pies de
mi cama, con mis propios pies bloqueando la
puerta, alejandome del mundo y aislandome provisionalmente
de ojos y oídos indeseados. Me abstraigo
de mi cuerpo y del mundo real.
Mi ego hecho materia, flotando cual alma en mi
habitación me observa. Soy un arrogante, un vanidoso.
Soy el típico tipo que encaja perfectamente en el
perfil de completo imperfecto. Lo siento.
Intento dejar mi mente en blanco, no pensar en nada
y cesar, aunque solo sea por un rato, la salada
humedad que ahora cubre mis mejillas. Pero no
puedo. Por un instante, sin venir al caso, me parece
ver una onda. Seguramente nada importante hasta
que veo otra. Y otra. Malditas ondas. Sigo irradiando
mis pensamientos hasta que las ondas vuelven otra vez
a mí. Una llamada.
Continuo pensando, sigo escribiendo y me voy distrayendo.
Cambio constantemente de pensamientos y de posición. No
estoy cómodo y eso es importante. Hoy no es un día cómodo.
Me siento extraño, nostalgico. En toda mi arrogante
vida, sobretodo en estos últimos años e pedantería
debo haber sido de lo peor.
En varios, por no decir muchos, momentos de ésta mi corta
vida, me he creido poseedor de una especie de verdad
absoluta, si más no, me he creido privilegiado poseedor
de un conocimiento superior, un poder oculto, algo parecido
a un don. En todo este tiempo he inventado millones de
mundos distintos, agunos rebosantes de verde y frescor, otros
de rojo, pasión y llamas. Otros simplemente blancos,
vacíos y llenos de nada. Me he creido, por propio derecho
dueño y señor de mis creaciones y no recuerdo en que
momento se me olvidó que todo esto solo son simples
pamplinas y fantochadas.
Me he creido poeta austero, creador de lo imposible
y escultor de fantasía. Todo aquellos, pero, no
resultó ser nada. Todo aquello que yo veía como
un gran buque resulta ser en realidad una barcucha
de dos remos que a penas flota. Aquello que
yo creía un gran faro era tan solo la luz que da
la chispa de un mechero sin gas. Aquel hombre
que yo pensaba que era resulta que tan solo es
un niño que sigue jugando a ser mayor.
Y aqui me encuentro, sobre mi barca con problemas
de flotabilidad, a la deriva, en este inmenso e
impasible mar incoloro, bajo un cielo de colores
despintados. Intento encenderme un cigarro pero
mi mechero no funciona. Posiblemente merezca estar
donde estoy. Seguramente, lo más justo sería que
el mar me tragara sin más.
La niebla es tan espesa que no sé ni hacia dónde
remar. Las fuerzas me abandonan. Me descubro y
me detesto. Me olvido de mí, no me conozco;
desvarío.
Y mientras tanto soy tan egoísta que solo sé
decirte: "te quiero".
La hora exacta no la recuerdo...
Como siempre digo, desde hace tiempo cada vez
que me digno a coger papel y bolígrafo, esta vez
vamos a ver que me sale.
Lo que estoy seguro es que esta vez sí que será
distinta de las anteriores. Hoy, ahora, el tintero vuelve
a llenarse y yo mojo mis labios en él, recordando
poco a poco el dulce gusto del veneno.
Yazco en el suelo inherte, sentado a los pies de
mi cama, con mis propios pies bloqueando la
puerta, alejandome del mundo y aislandome provisionalmente
de ojos y oídos indeseados. Me abstraigo
de mi cuerpo y del mundo real.
Mi ego hecho materia, flotando cual alma en mi
habitación me observa. Soy un arrogante, un vanidoso.
Soy el típico tipo que encaja perfectamente en el
perfil de completo imperfecto. Lo siento.
Intento dejar mi mente en blanco, no pensar en nada
y cesar, aunque solo sea por un rato, la salada
humedad que ahora cubre mis mejillas. Pero no
puedo. Por un instante, sin venir al caso, me parece
ver una onda. Seguramente nada importante hasta
que veo otra. Y otra. Malditas ondas. Sigo irradiando
mis pensamientos hasta que las ondas vuelven otra vez
a mí. Una llamada.
Continuo pensando, sigo escribiendo y me voy distrayendo.
Cambio constantemente de pensamientos y de posición. No
estoy cómodo y eso es importante. Hoy no es un día cómodo.
Me siento extraño, nostalgico. En toda mi arrogante
vida, sobretodo en estos últimos años e pedantería
debo haber sido de lo peor.
En varios, por no decir muchos, momentos de ésta mi corta
vida, me he creido poseedor de una especie de verdad
absoluta, si más no, me he creido privilegiado poseedor
de un conocimiento superior, un poder oculto, algo parecido
a un don. En todo este tiempo he inventado millones de
mundos distintos, agunos rebosantes de verde y frescor, otros
de rojo, pasión y llamas. Otros simplemente blancos,
vacíos y llenos de nada. Me he creido, por propio derecho
dueño y señor de mis creaciones y no recuerdo en que
momento se me olvidó que todo esto solo son simples
pamplinas y fantochadas.
Me he creido poeta austero, creador de lo imposible
y escultor de fantasía. Todo aquellos, pero, no
resultó ser nada. Todo aquello que yo veía como
un gran buque resulta ser en realidad una barcucha
de dos remos que a penas flota. Aquello que
yo creía un gran faro era tan solo la luz que da
la chispa de un mechero sin gas. Aquel hombre
que yo pensaba que era resulta que tan solo es
un niño que sigue jugando a ser mayor.
Y aqui me encuentro, sobre mi barca con problemas
de flotabilidad, a la deriva, en este inmenso e
impasible mar incoloro, bajo un cielo de colores
despintados. Intento encenderme un cigarro pero
mi mechero no funciona. Posiblemente merezca estar
donde estoy. Seguramente, lo más justo sería que
el mar me tragara sin más.
La niebla es tan espesa que no sé ni hacia dónde
remar. Las fuerzas me abandonan. Me descubro y
me detesto. Me olvido de mí, no me conozco;
desvarío.
Y mientras tanto soy tan egoísta que solo sé
decirte: "te quiero".
jueves, 11 de noviembre de 2010
Prólogo
Hacía ya tiempo que no me postraba con un bolígrafo frente a una hoja para escribir algo. Muchas cosas han pasado desde la última vez y ahora ya no siento ese “que” que me impulsaba a escribir en el pasado. Pero de vez en cuando me gusta detenerme un rato y pensar en alguna historia. Y como dicen que las mamas costumbres no se pierden, esta historia creo que no podía tener otros protagonistas.Capítulo I
Cuenta la leyenda que todo esto empezó Dios sabe cuándo, cuando todavía él era un chico catorce añero. La experiencia cuenta que es por esos tiempos de la vida en que uno empieza a plantearse muy seriamente cosas que posiblemente para otros sean puras trivialidades. Sea como fuere, para él, un chico, no lo neguemos, más gordo que flaco y más feo que guapo, sus amores eran todo un mundo “muy bonito”. Poco tardó en cambiar la cosa cuando pronto sintió el frío acero del amor no correspondido apuñalando por los cuatro costados a su corazón. Son las malas lenguas las que susurraban que por aquella chica, hoy convertida en mujer, surgieron las heridas de su corazón por las que empezó a hervir la tinta en su interior.Capítulo II
Un viajero me contó que durante un largo tiempo él vagó de un lado a otro, como mecido por el viento y lo único que se conserva de aquellos tiempos son cuatro líneas mal escritas. Todo cambió, pero, cuando ante él apareció la apodada Calíope. Augusta entre las musas, parecía como enviada por el cielo para concederle otra oportunidad.Calíope fue amable con él. Le sonreía casi siempre, le apoyaba, le abrazaba si él lo necesitaba o simplemente le dedicaba una mirada de esas que a él tanto le llenaban. El chico, que sin darse cuenta (o sin quererse dar cuenta, mejor dicho) fue transformando su propio ego. Calíope le transmitía una fuerza que le hacía sentir invencible y lleno de algo burbujeante dentro de él que solo podía sacar escribiendo. De este modo, cual dios creador, cogió parte de su ego y creo a Sístole, el poeta. Todo era fantástico entonces: Sístole lo tenía casi todo. Era tan fantástico que no le dejaba ver su propio engaño. Las heridas causadas por Azalea en el pasado (así la bautizo el poeta) aun seguían en su corazón y éste, con la fuerza que le transmitía Calíope había vuelto a latir. El autoengaño del chico se estaba convirtiendo en una autodestrucción en toda regla. Cada latido de amor que él creía sentir era realmente un latido que estrujaba su corazón resquebrajado y soltaba litros de tinta candente en su interior. Y como todo en esta vida, en poco tiempo Calíope, la mujer por la que aquel poeta había derramado tanta tinta, por la que se habían creado tantas historias de todo tipo, atravesó el malherido y activo corazón del chico que daba vida al poeta. Sístole ya no tenía dueña.
Capítulo III
Todo parecía acabado: la tinta que con tanto esmero había escrito sobre el papel parecía desprenderse de éste y caer al suelo como lágrimas negras. Todo aquel imperio imaginario que abarcaba hasta más allá de dónde llega la imaginación y que inventó para Calíope quedó destruido en cuestión de días. Ya no había luz en el cielo azul ni ganas de latir en su corazón mutilado. Con un gran vacío, aquel chico al que ya tachaban de hombre, perdido en un mar de oscuridad y sentimientos contradictorios quiso poner fin a tanto dolor. Pensó que lo mejor sería reposar y alejarse de todo, pero antes de eso tenía aun algo pendiente. Antes de nada quería deshacerse de Sístole. Todos esos sentimientos, todo el vacío, toda la sensación de que ya no tenía nada que perder fue lo que volvió a transformar su ego para dar vida a Jack, la antítesis del poeta.Jack era todo lo que Sístole no era. Era mal educado, rudo, inmoral, violento y sobretodo odiaba las historias que Sístole aun seguía contando sobre “su musa”. Como elementos contrarios que eran, Jack y Sístole tendrían que matarse el uno al otro, pero esto jamás ocurrió. Eran tan diferentes, pero en esencia tan iguales que ninguno de los dos conseguía nunca acabar con el otro. Por suerte, el tiempo que todo se lo lleva consigo, se los llevó a los dos y los dejó lejos en la memoria. Pero el tiempo solo se lleva los recuerdos, las heridas permanecen y el corazón del muchacho, aunque ya cicatrizaba, aun no latía.
Capítulo IV
Un día, el pálido chico la vio. En primer momento su corazón volvió a dar un vuelco, pero lo reprimió, y más cuando se enteró de que aquella belleza desconocida era ama y señora de otro hombre. Pero el destino o tal vez otra cosa que nadie sabe explicar los cruzó en el mismo camino. Ella era preciosa, era como una droga, cuanto más la mirabas más ganas tenías de seguir mirándola. Tenía carácter, personalidad. Era increíble.
Así fue como él le entregó su castigado corazón. No buscaba un parche temporal, ni una cura para poder volver al ataque de nuevo. Buscaba una descarga de vida que hiciera continuos esos latidos que sentía en su corazón cada vez que ella le dedicaba una mirada, tocaba su piel o le regalaba un beso.
Epílogo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)