domingo, 24 de diciembre de 2006

~Ella y yo - El verano [Parte I]

Cogí la taza y me hice el que seria uno de los últimos cafés “de casa” en un largo tiempo. Eran cerca de las siete y media de la tarde y poco antes de que amaneciera me iría con mi tío al pueblo. Solía ir allí en verano. El pueblo de mi tío era un pequeño pueblo de la costa del sur, dedicado tradicionalmente a la pesca y desde hace unos pocos años al turismo. No era un lugar especialmente dedicado a la juventud, pero aun así me lo pasaba bien. Normalmente cuando iba al pueblo malgastaba casi todo el día en hacer nada. Últimamente, recién descubierto mí vocación artística me dedicaba a retratar, ya fuese en pintura, dibujo o fotografía, todo aquello que me apetecía. Este año, por el contrario, iba allí a trabajar. Mi tío llevaba una pequeña tienda donde se vendían artículos de pesca, submarinismo, información y demás cosas.


Sin embargo, aun estaba aquí, en ciudad. El calor bochornoso del verano ya se había acomodado y, francamente, a veces era muy molesto. Durante esos días, vivir en la ciudad era algo bastante aburrido. La gente en cuanto viene el calor no sale a la calle hasta la noche, si es que no se ha ido de vacaciones, todo sea dicho.

Cerca de las ocho de la tarde el calor empezaba a amainar y el ambiente se hacia mas agradable. Era un día cualquiera de un mes de julio cualquiera de un año cualquiera. Otro verano que acababa de empezar, y ciertamente de una manera muy agradable. Sí, aun la recordaba. Aun me acordaba de ella.

Hacía días que no la veía y que no sabia nada de ella. Solo podía recordar aquella noche y, como si el viento lo trajese, el olor de su perfume.

Quizás se había ido de vacaciones, quizás se había puesto a trabajar, quien sabe… Aun esto, pensé que era justo despedirme de ella. Era una persona demasiado… especial’ como para no despedirme. Así que vestido despreocupadamente y luciendo un corte de pelo a lo monje budista, fui hacia su casa.


Caminaba por la calle y las chanclas parecían deshacerse en el asfalto. ¡Qué calor hacia! Poco antes de llegar a su casa me paré en una heladería. No sé porqué pero me apetecía un helado. Conocía a los dueños; hablamos un rato hasta que me acabé el helado y me fui. Cuando por fin llegué a su portal la llamé. No sabía en que piso vivía así que le pedí que bajase.

- ¿Qué haces aquí a estas horas?Bueno, nada en especial. Simplemente venía a despedirme de ti… - ¿Despedirte?Sí. Mañana me voy al pueblo de mi tío y quería despedirme de ti… - Ah… - ¿Ah…? ¿Sin más?Sí, no sé… - En fin… - ¿Cuándo volverás?A finales de agosto supongo… - Bueno… - ¿Bueno… que?Nada, nada. Nos veremos cuando vuelvasSí... siempre que quieras, claro…


Hay despedidas y despedidas. Esta, sin duda alguna, había sido una de las mas amargas que recuerde. Aun no demostrarlo me fui con un mal sabor de boca. No sabia que pasaba y simplemente no me interesaba saberlo. Nunca fui un experto en chicas y estos cambios tan “así” de actitud nunca los entendí. En cierto modo me daba lástima pero ya se sabe, la lástima solo sirve para aumentar las rayadas.


Antes de volver a casa me compré un paquete de quicos y me senté en un banco. Faltaba poco para hacerse de noche y por la calle ya pasaba poca gente. Era la hora de cenar. Yo, en cambio, seguía sentado en el banco. Los quicos crujían en mi boca mientras pensaba. En realidad me acordaba de ella; de la despedida de hacia un rato, del día que la invité a cenar, de las tardes que pasamos… Ciertamente, empezaba a preocuparme la obsesión que me estaba creando. Pero bien pensado era normal. Ella era demasiado importante para mi.


Aquella noche cené poco y me hice la maleta en la cual guardé mas libretas, lápices, pinturas, cámaras y carretes que ropa. Eran las doce menos cuarto. A la mañana siguiente tendría que despertarme a eso de las cinco. Me dormí enseguida, no sin antes volver a pensar en ella.

[…]


Las cinco y media de la mañana. Hacia casi nada que me había sentado en el coche de mi tío y habíamos tomado rumbo hacia la costa sureña.
Llevábamos cerca de dos horas y media de camino cuando ya amanecía. Aun quedaban largas horas de trayecto y se hacía preciso una parada.

En la siguiente área de descanso que encontramos nos paramos. Bajamos del coche, nos estiramos un poco y fuimos hacia la cafetería. Fue entonces cuando empecé a darme cuenta de lo mucho que echaría en falta los cafés que me hacía yo en casa. Con un sabor medio agrio en la boca volví al coche. Así continuamos nuestro viaje.

A medida que pasaban las horas se me hacía mas aburrido. Intenté distraerme dibujando algo o simplemente durmiendo pero aun así era agotador. A una hora de llegar paramos por enésima vez, aunque en esta ocasión fuese para comer. Después de comer nos echamos una siesta. Cuando por fin llegamos al pueblo ya empezaba a oscurecer. Mi tía salió a recibirnos. Durante el próximo mes y pico viviría con mis tíos. Saqué la bolsa del maletero del coche y la llevé a la que sería mi nueva habitación. Era un cuarto pequeño, acogedor, con las paredes de color azul claro y una amplia ventana que daba a la playa. La casa de mis tíos estaba justo delante de la playa, al lado de la tienda.

Deshice las maletas. Guardé la poca ropa que llevaba en el armario y dejé todas las libretas, pinceles, lápices y demás cosas que había llevado recogidas en todos los cajones que había en la habitación.

Bajé a cenar. El comedor era una bonita sala, pintada a colores claros y decorada al estilo de las antiguas casas de costa. Aun así, la decoración no se hacía pesada. Aprovechamos la hora de cenar para hablar de todo lo que habíamos hecho desde el verano pasado, lo de siempre. Que si “como te va el colegio”, qué “si ya me he buscado novia”, qué “que tal mis padres”.

Tras la cena subí a mi habitación. Era aun pronto, las diez y media marcaban las agujas de mi reloj, pero estaba agotado. El viaje me había matado. Miré un poco la tele y me dormí pronto.


Supongo que es navidad (pchè ù_u) y me siento algo más generoso y os "regalo" un pequeño Especial de Navidad de Ella y yo, aunque paradojicamente la historia hable del verano... en fin, espero que os guste! Un saludo y "Bon nadaL"


No hay comentarios: