miércoles, 9 de mayo de 2012

historiasdeÉL#1

Como ya pasara en anteriores ocasiones de su vida él volvió a su estado primitivo. Entonces un niño, luego un adolescente; ¿un hombre ya ahora?... Como fuera, tras el dolor que provocan las musas, cuando lograba comprender ese dolor se vaciaba de emociones por dentro y emprendía un camino para volver a hacerse a si mismo.


Tras el llanto silencioso, la penitencia interior y el dolor, a la tercera noche se alzó y dio el primer paso en busca de su nuevo ego. Como ya pasara en anteriores ocasiones de su vida, el punto de partida era siempre similar: las ruinas devastada por lo que él llamaba "la tragedia de las musas"; el imperio hecho añicos que con tanta pasión había esculpido su anterior yo.
Con su inquieta mirada, siempre atenta a su alrededor, tomaba instantáneas de la tragedia. Era una imagen que le aterraba profundamente. Recordaba la primera vez que se vio en esa situación. Apenas empezaba a entenderse a si mismo y se encontró de golpe en medio de semejante masacre. Su corazón le bombeaba sangre impregnada de terror a un ritmo inhumano. Tardó semanas en reaccionar al miedo y lograr escapar. Pero esta vez era distinto, sentía un gran alivio en su pecho. Lo notaba vacío pero fresco y lleno de espacio.

La brisa que correteaba se llevaba el humo de lo que aún ardía. Ya no había fuego en su interior, y si lo había ya no le quemaba las entrañas. Inspiró hondo y emprendió su viaje. Se sentía un trozo de arcilla al que debía darse forma. Con su libreta en la mano, llena de historias que sus alter-ego habían inventado para sus respectivas musas con tanta pasión, se recordaba sus muchos pecados y virtudes. Historias de amor, correspondido y no, de sueños imposibles, de demencia y pequeñeces. Historias de su vida vistas desde el prisma por el que sólo él podía (o se quería) a mirar.
Pese a tantas historias ya escritas, lo que más le reconfortaba, lo que realmente le aliviaba todos sus males era la cantidad de hojas por escribir que quedaban en su libreta. La promesa de nuevas historias le embriagaba. Como ya pasara en anteriores ocasiones de su vida, emprendió el viaje, rumbo a nosedónde* con la esperanza de que ese camino le llevara a una musa que quisiera cumplir esas promesas.

*palabro

Por si a alguno le interesa (permítanme dudarlo) puede haber más de éste, pero no sé cuándo.

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